Es muy cierto pues que no debemos estar sujetos a tradiciones, mucho menos cuando puedan tenernos cautivos, con miedo o con sentimientos de culpa por no cumplir 'viejos rudimentos'. La Biblia nos habla de la verdadera libertad y paz que Dios nos quiere dar.
Pero si en libertad vivimos, podemos centrarnos en el mensaje a transmitir y no en la tradición en sí.
Cristo Jesús, aquel personaje que muchos recuerdan, por diferentes razones y conceptos, impactó este mundo tanto que aún partió la historia.
Pero es mucho más por lo que creemos aquello que nos relata la Biblia.
Él vino como la revelación del único y verdadero Dios. A diferencia de lo que algunos dijeron, no vino a transgredir la ley sino a mostrarnos la esencia verdadera y amplia de la misma. Sanó personas, restauró su dignidad, amó a los niños y nos enseñó a respetar a la mujer. Causó controversias con las palabras que decía, tanto que muchos lo querían ver muerto. Cambió nuestra perspectiva de las motivaciones de nuestras acciones. No se halló razón para declararlo culpable, y aún así fue sentenciado. No respondió con odio o peleas a todos los insultos, golpes, latigazos, y burlas de otros, sino que aún pidió se les bendijera y perdonara.